Con voz entrecortada y gran dolor de corazón, el Papa Francisco, profeta de la paz, volvió a pedir que cesen los tambores de guerra.
Todos estamos llamados, el próximo día 2, a unirnos en oración por la paz. Pero ya, desde ahora, tenemos que intensificar nuestra oración, pues las amenazas de guerra ya se han cumplido.
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