jueves, 26 de octubre de 2017

El Espíritu de Asis



El papa Juan Pablo II en el año 1986 convocó una concentración que se celebró el 27 de octubre de ese año. A ella asistieron más de un centenar de líderes religiosos de los más variados credos. El motivo era orar por la paz; algo sumamente sencillo, pero tan sencillo como el personaje histórico que dio fama mundial al pueblecito medieval donde nació.
El personaje histórico se llama Francisco y el pueblecito, Asís. El amor de Francisco hacia todas las criaturas y su ejemplo de vida pacífica y pacificadora fueron ejemplos convincentes para lograr que creyentes de distintas confesiones cristianas y de otras religiones, acudieran a orar en torno al sepulcro del "pobrecillo" que venció a la hermana Muerte.

A partir de esa fecha, la familia franciscana viene celebrando anualmente una jornada conocida como "El Espíritu de Asís", recordando aquel acontecimiento, con el deseo de lograr que la paz no sea una utopía en la historia sino una realidad que rebasa todas las fronteras, comenzando por las de la intolerancia y la violencia.
"El Espíritu de Asís" es una jornada de oración por la paz. Se trata de alentar, de animarnos mutuamente, para convencernos de que la paz aún es posible, aún más, es justa y necesaria; es una aspiración transcendental de la dignidad humana.
Seguro que Francisco de Asís se alegra al comprobar que su vida sigue siendo muy fructífera. El Espíritu de Dios que a él le llevó a la locura del amor es el que hoy sigue impulsándonos y alertándonos con esta advertencia: la paz está malherida y por ello no debemos bajar la guardia.



domingo, 8 de octubre de 2017

Santa Isabel de Segovia


Nuestras hermanas del convento de Santa Isabel de Segovia comparten con nosotras la Profesión temporal de Sor Lucía y el fallecimiento de Sor María Jesús, son dos celebraciones muy diferentes pero permitidas por el Señor que mueve la historia de nuestras vidas.

Oramos por ellas


Muerte de Sor Mª Jesús





miércoles, 4 de octubre de 2017

Carta del Ministro General

Carta del Ministro General por la Solemnidad de San Francisco


Francisco fue un “oyente atento y dinámico” de la palabra de Dios. El discernimiento vocacional para él y sus primeros compañeros se hizo a la luz del Evangelio, que para él se convierte en “vida”: “La suprema aspiración de Francisco, … era observar en todo y siempre el santo Evangelio y seguir la doctrina de nuestro Señor Jesucristo y sus pasos con suma atención, con todo cuidado” (1Cel 84).