Es un día para orar en comunión fraterna con todas las
hermanas de la Federación.
Presentamos al Señor nuestro difícil y también doloroso hoy,
con la esperanza de que Él ilumine nuestro corazón y nuestra mente para
sentirnos, cada vez más, como una gran familia.
Nos toca seguir unidas a Él, permanecer en Él como los
sarmientos a la vid. Permanecer en confianza y fe. Permanecer en el amor y la
caridad, en el servicio fraterno, en la alegría de la sencillez y pobreza.
Permanecer trabajando para que el fruto que Él quiera, germine.
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