El Convento de Santa Isabel de los Reyes, está en pleno casco antiguo de la ciudad,
y muy próximo a la catedral Toledana, se levanta el Convento de Santa Isabel
de los Reyes, así calificado en honor de los Reyes Católicos, patrocinadores de
esta obra.
El convento fue fundado en
1477 por una dama toledana, doña María Suárez de Toledo, y contó con la
colaboración de los Reyes Católicos, quienes donaron el palacio de doña Inés de
Ayala, bisabuela de don Fernando, para la fundación. El Convento está constituido por varios
edificios: dos palacios mudéjares, construidos en el siglo XIV, y la iglesia de
san Antolín, convertida en iglesia conventual.
Por expreso deseo de los Reyes, el Convento
recibió el título de Santa Isabel. Doña María, al abrazar la vida religiosa, se
impuso el nombre de Sor María la Pobre, apelativo con el que ya era conocida
entre las gentes toledanas. Su fama de santidad es tal que ya en 1625 se abrió
el proceso diocesano para su beatificación, aunque no prosperó quizá por falta
de recursos económicos.
En un primer momento, la Comunidad profesó la
Regla de la Tercera Orden pero en 1484 se incorporaron a la Orden de Santa
Clara, profesando la primera Regla, que abandonarían algunos decenios más tarde
para pasar a la de Urbano IV.
En los siglos XVI y XVII, varias hermanas de
Santa Isabel destacaron por haber vivido con especial generosidad su vida
consagrada. Algunas de ellas salieron de su Convento para fundar otros: M.
Isabel de Toledo funda en Medinaceli (Soria) y Oropesa (Toledo), M. Beatriz
Gralla y Sor Juana Zarzu, fundan en Madrigal y M. Jerónima de la Asunción junto
con otras tres hermanas más, funda el Convento de Santa Clara de Manila
(Filipinas) y el de Macao en China. Asimismo, el Convento de Santa Isabel ha
sido cuna de notables escritoras. Sobresalen, entre otras muchas, Sor Jerónima
de la Asunción, Sor Ana de Cristo y Sor Magdalena de la Cruz.
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